La forma en que los seres humanos compartimos en sociedad y nos comunicamos ha sido un proceso en continua transformación desde el comienzo de la raza humana. Este proceso ha ido desde la utilización de la palabra, la oralidad para compartir el conocimiento de una generación a otra, el uso de la palabra escrita o el texto, los medios de comunicación y uso de la tecnología para relacionarse interpersonalmente y en comunidad.
En esta era de la información y el conocimiento han surgido diversas formas en la que los seres humanos se comunican y hacen uso de herramientas tecnológicas para generar procesos comunicativos, grupos sociales digitales y nuevas formas de comunidad.
Las comunidades han existido desde la existencia del hombre. Compartir en comunidad y comunicarse han permitido establecer vínculos sociales y el desarrollo de la humanidad. La comunicación es la base de una comunidad. La tecnología ha permitido al hombre generar nuevas formas de comunicación social que le permiten interactuar de manera pública y privada en entornos digitales y pertenecer a diversos grupos sociales digitales que se comportan de manera similar con los grupos sociales que antes de la aparición de internet y de entornos digitales ya venia participando.
La comunicación que antes llamábamos masiva y que veía a los seres humanos como las masas, y sobre la cual los medios de comunicación tradicionales tenían como base de funcionamiento, entendiendo al conjunto de la sociedad como uno solo, ha cambiado. Desde la aparición de internet y la apropiación de lo seres humanos por la conectividad en esta plataforma, ha generado, al contrario, mensajes más individuales y comunicación más directa, donde el carácter de masivo se ha modificado para permitir a los usuarios relacionarse con la información que desea conocer y con las personas que quiere establecer algún tipo de vinculo.
Las redes sociales humanas se han trasladado también a entornos digitales. Howard Rheingold define comunidad virtual como el conjunto de “agregados sociales que surgen de la Red cuando una cantidad suficiente de gente lleva a cabo estas discusiones públicas durante un tiempo suficiente, con suficientes sentimientos humanos como para formar redes de relaciones personales en el espacio cibernético” (Rheingold, 1996: 20). En internet las redes sociales digitales reúnen personas con intereses comunes donde pueden participar activamente en la construcción social incluso mas allá de las fronteras geográficas. Los espacios virtuales presentan la posibilidad de tener encuentros entre los seres humanos. Al referirse a lo virtual, lo podemos definir como una representación de la realidad, una realidad que tiene la virtud de ser. Hoy lo virtual tiene para los seres humanos la misma representación de lo real en escenarios digitales. Sin embargo, pensar en que solo lo real y presencial es lo verdadero, sería obviar que las sociedades se construyen hoy también desde lo digital. Y obviar que solo lo virtual es la construcción de la verdad sería aún muy pretencioso. Hoy, este equilibrio entre lo virtual y lo real nos permite la construcción de la verdad y la realidad mediante la interacción social de los individuos.
Las redes sociales se han vuelto también presentes en entornos digitales permitiendo que los seres humanos puedan compartir conocimientos y crear vínculos que les permiten expresarse, dar opiniones y generar procesos de transformación.
Hoy existen innumerables comunidades virtuales. Un claro ejemplo de esto puede ser change.org que brinda la oportunidad a las personas de promover cambios sociales a través de peticiones que hace la ciudadanía para transformar una sociedad, idea o patrimonio. Es tanto el accionar de estas comunidades virtuales, que logran generar impactos reales en la sociedad, que traspasan los limites de lo virtual o lo digital para gestionar cambios, en lo que llamamos “vida real” a través de espacios en internet.
Nicolás Duarte.
